El Senado en la República

Con la proclamación de la República, el 15 de noviembre de 1889, el gobierno provisional disolvió el Senado y la Cámara y fijó para el 15 de septiembre de 1890 la elección para la nueva asamblea constituyente. Dos meses después, ésta fue instituida, con la presencia de 205 diputados y 63 senadores. En febrero de 1891, la Asamblea aprobó la primera Constitución republicana del Brasil, con la determinación de que los senadores, dejando de ser vitalicios, pasaban a ser elegidos para mandatos de nueve años.

Con el advenimiento de la República, la actividad legislativa se volvió más intensa, con el Senado asumiendo un protagonismo que llevó, por ejemplo, a la aprobación del Código Civil Brasileño. En el inicio de la República se destacaron, particularmente, los senadores Rui Barbosa, Campos Sales, Prudente de Morais, Pinheiro Machado y Epitácio Pessoa.

Un revés significativo para el Senado Federal ocurrió con la Revolución de 1930, cuando el movimiento liderado por Getúlio Vargas operó una ruptura institucional, disolviendo el Congreso Nacional, el 11 de noviembre de 1930. La Constitución de 1934 restauró el Poder Legislativo, Diputados y Senado Federal; y simultáneamente determinó que sería indirecta la elección inmediatamente siguiente del presidente de la República. El 17 de julio de 1934, Getúlio Vargas fue elegido. El Senado Federal no reinició sus trabajos, ya que la propia Constitución de 1934 determinó la transformación de la hasta entonces Asamblea Nacional Constituyente, en Cámara de Diputados, aunque con el restablecimiento del Congreso Nacional, compuesto por dos casas legislativas, el Senado Federal no reinició sus trabajos, y ésta, a su vez, pasó a ejercer, acumulativamente, las funciones del Senado Federal. La elección siguiente de los parlamentarios federales-para Cámara y Senado- fue marcada para enero de 1935. Con eso, sólo el 3 de mayo de 1935, el Senado reinició su legislatura ordinaria.

La nueva ruptura institucional ocurrió el 10 de noviembre de 1937, siendo esta vez más grave, con la supresión del Congreso Nacional hasta septiembre de 1946, cuando el Senado vuelve a funcionar.

Después de presiones de la sociedad por el fin del Estado Novo, la reanudación de la democracia se inició con la Ley Constitucional nº 9, de 28 de febrero de 1945, que previó la marcación de elecciones. En mayo de ese año, se decretó el Código Electoral, con la previsión de elecciones, en diciembre de 1945, para la Presidencia de la República y para el Parlamento Nacional. El 29 de octubre de ese mismo año, Getúlio Vargas fue depuesto por el Alto Comando del Ejército, siendo sustituido por el entonces presidente del Supremo Tribunal Federal, José Linhares, hasta que éste entregase el puesto al nuevo electo, el presidente Eurico Gaspar Dutra, 1946.

La Constitución de 1946 trajo de vuelta, efectivamente, el bicameralismo y la independencia de los poderes, y el Senado volvería a desempeñar su papel pleno en la Federación.

En la década de 1960, el Senado volvió a destacarse en la crisis institucional creada con la renuncia del presidente Jânio Quadros: el 25 de agosto de 1961, el presidente del Congreso, senador Auro de Moura Andrade, dio posesión al vicepresidente, João Goulart, en la sesión del Congreso Nacional, el 7 de septiembre del mismo año.

La posesión de João Goulart como presidente de la República acarreó consecuencias valiosas para la ampliación de las prerrogativas del Legislativo. Hasta entonces, el vicepresidente de la República ocupaba el cargo de presidente del Congreso Nacional. A partir de 1961, esa función pasó a ser ejercida por el presidente del Senado. El primer senador a disfrutar de esa situación fue Auro de Moura Andrade, en 1961. Sin embargo, nueva ruptura institucional, con el golpe de 1964, alcanzó fuertemente al Parlamento. Los actos institucionales fueron editados, los derechos políticos fueron suspendidos y los mandatos fueron destituidos, como el senador por Goiás, Juscelino Kubitschek. En octubre de 1965, el Acta Institucional nº 2 estableció el bipartidismo en Brasil, con la Alianza Renovadora Nacional (Arena) y el Movimiento Democrático Brasileño (MDB). El día 20, de ese mismo mes, el General Castelo Branco determinó el "receso" en el Congreso Nacional y, al día siguiente, las tropas de las Fuerzas Armadas ocuparon el edificio del Congreso Nacional. El Acta Institucional nº 4 permitió que el Congreso Nacional se reuniera extraordinariamente para aprobar la nueva Constitución de 1967, modificada en 1969.

Con todas las limitaciones a la vida política, a las elecciones y al fortalecimiento de la representación, en 1974, el Senado Federal volvió a ocupar un papel fundamental para la futura redemocratización del país: 16 senadores fueron elegidos por el MDB y 6, por la Arena, significando la primera grande derrota de la dictadura, fortaleciendo la oposición en el régimen militar. En 1977, por tercera vez, el Congreso Nacional fue cerrado por el entonces presidente Ernesto Geisel, hecho que se dio a pesar de los esfuerzos contrarios del presidente del Senado, senador Petrônio Portela. La motivación alegada por el general Geisel fue la de una supuesta afrenta, pues el Congreso Nacional rechazó el texto de la reforma del Poder Judicial. No obstante tantos obstáculos al perfecto funcionamiento del Legislativo, varias leyes importantes para la sociedad fueron aprobadas en el Congreso, incluso antes de la redemocratización. En 1977, se instituyó el divorcio en Brasil, por ley de autoría del senador Nelson Carneiro. En 1979, la Ley de Amnistía permitió la vuelta de los exiliados al país, siendo la primera ley de transición al gobierno democrático. También en 1979, llegó al fin el bipartidismo impuesto por el régimen militar y nuevas organizaciones partidistas surgen.

En ese período, ganó mayor dimensión el clamor de la sociedad por el retorno a la democracia. Las manifestaciones por la vuelta del estado de derecho culminaron en la campaña "Directas Ya". Sin embargo, a pesar del pedido de las calles, la propuesta de enmienda a la Constitución fue rechazada en 1984 por el Plenario del Congreso Nacional.

Al año siguiente, en 1985, el senador Tancredo Neves fue elegido por el colegio electoral, teniendo por vice al senador José Sarney.

Se constata, así, que el Senado ocupó un papel crucial en la historia de la redemocratización de la política nacional.